Pleno Extraordinario de 17 de octubre, convocado por el Alcalde para informar de la rescisión unilateral del Pacto de Gobierno firmado hace un año entre el PSOE y la Sra Monroy, de ALMAs.
Punto 1 del orden del día: Se aprueba por unanimidad el carácter urgente de la sesión.
Punto 2: dación de cuenta de la Alcaldía del cese de Dª Mª Teresa Monroy Vargas, como Primera Teniente de Alcalde, Concejala Delegada del Area de Gobierno de Relaciones Institucionales y Régimen Interior y miembro de la Junta de Gobierno Local, así como del nombramiento de los nuevos Tenientes de Alcaldes y miembros de la Junta de Gobierno Local.
Lo que comenzó por parte del alcalde como la transmisión, del modo más objetivo posible, de una novedad en principio neutra y difícilmente adjetivable, porque los adjetivos (calificativos o descalificativos) sólo podrán ponerlos los acontecimientos futuros, se convirtió, por parte del consistorio entero, en otra oportunidad perdida para haber estado a la altura de las circunstancias y para haber mostrado talla política, deportividad y compañerismo.
Ni el alcalde, ni la señora Monroy, ni los señores Guijarro, Jordán, Aretxaga y Cruz Sola se inmutaron lo más mínimo ante el rebullir y murmurar del público, testigo incomodísimo del tiroteo de acusaciones, revanchismos e incontinencias informativas que cualquier malintencionado podría haber interpretado como oscuros movimientos de ficha.
No, no se inmutaron (más bien se mandó callar al público), porque para ello deberían estar menos obsesionados con sus propios intereses y más receptivos a captar la información sutil, o no tanto, procedente de los ciudadanos, sufridores directos de las acciones, reuniones, idas y venidas, pactos, contrapactos y maniobras que todos o algunos de estos señores realizan a diario, según se desprende de los comentarios que ellos mismos, sin querer o queriendo, dejan escapar en los plenos.
A los vecinos nos cuesta mucho entender que para gobernar un pueblo haya que llegar a extremos de afán personalista como los que se nos obliga a presenciar. A los vecinos sólo nos importa que hubo un pacto que no funcionó, que hubo errores por unos y por otros, y que ahora parece haber llegado el final de una etapa larga y torpe, gracias a este borrón y cuenta nueva que todo el mundo esperaba. A los vecinos, ahora, sólo nos importa que el nuevo orden de cosas les deja a ustedes por fin en condiciones de dejar de competir, empezar a cooperar y conseguir, en suma, que la Corporación sea mucho más que la suma de cada uno de ustedes por separado.