Parte 1 de 2
El pleno ordinario del 12 de abril comienza no aprobando el acta de la pasada sesión extraordinaria y urgente sobre la no aprobada propuesta de ajuste que allí se trató, y de la que nunca más se supo. Más tarde conocemos que la liquidación presupuestaria de 2011 deja un Ayuntamiento con solvencia pero sin liquidez de tesorería, lo que conllevará crear, según convienen nuestros concejales, algo llamado ‘fondo de maniobra’, que nos deja pensativos.
Contra el vicio de no aprobar, la virtud de no traer puntos sustanciosos que tratar y votar. Tras los correspondientes comentarios sobre los decretos de alcaldía, y ya en el recorrido por las mociones, ruegos y preguntas de los concejales… ¿porqué no nos sorprende casi nada que no se apruebe una moción del PSOE contra la norma de escolarización propuesta por el gobierno regional? A la oposición, salvo a IU, no parecen importarle en absoluto los recortes de Aguirre y la caída en picado de la financiación para, y la calidad de, la enseñanza pública. Como contraste, sí se aprueba otra moción (urgente, eh?!!) (esta, de los concejales no adscritos, aunque presentada por Jordán) para que el equipo de gobierno arregle que los concejales «en ejercicio de sus funciones públicas» gocen de aparcamiento reservado en los aledaños inmediatos al ayuntamiento. Se aprueba la moción, pero lástima de esfuerzo y folios redactados: el alcalde vuelve del descanso diciendo que se lo ha pensado bien, y que de ahora en adelante sólo tendrá aparcamiento reservado la policía. Los demás tendrán diversas opciones: madrugar, ir andando al curro, ir en bici, cosa que seguro redundará en beneficios para su salud…
Y ya por último dos reflexiones: 1) destacar la capacidad del Secretario del Ayuntamiento para prepararse en un ratito un informe tremebundo y sesudo (mirarse el pleno para más detalles) y 2) A veces, los vecinos dicen cosas más interesantes en los mezquinos 15 minutos que se nos deja a las 12 de la noche en el turno ciudadano, que todos los Sres concejales juntos explayándose durante varias horas. Horas que por cierto, nos cuestan a los vecinos casi 2.000 euros por pleno (o sea, 23.400 euros al año, sin contar los plenos extraordinarios). Insistimos en resaltar estos numerillos, porque las matemáticas son así de reveladoras.